¿Si te dijera que lograrías 0% de aditivas en la construcción, intentarías un método diferente para desarrollar tus proyectos? Si respondiste que sí a esta pregunta, sigue leyendo.
La mejor herramienta para reducir tiempos, ahorrar costos y garantizar el éxito de tu proyecto es la planeación. Hacerla de una manera adecuada y a tiempo, involucrando a los expertos de cada especialidad en todas las etapas, es clave para el éxito de ésta.
Actualmente, la mayor parte de la industria basa sus servicios de pre-construcción en un sistema tradicional de planeación, desarrollando el proyecto donde cada especialidad funciona como silos de manera independiente: donde termina uno, empieza el otro. Como consecuencia, los tiempos de pre-construcción suelen ser largos, y en cada cambio de silo a silo se pasa información incompleta, principalmente porque el experto de un silo no está presente en el siguiente, bajo la idea de que al terminar su etapa, ya terminó su responsabilidad. Así es como se van acumulando un sin número de huecos en el proceso que no tienen dueño, con muchísimos supuestos de quienes deberían ser los responsables.
Este esquema de planeación debería haberse vuelto obsoleto desde hace mucho, pero todavía persiste. Ahora más que nunca se vuelve necesario el implementar cambios que hagan ahorrar tiempos y recursos, y por consiguiente dinero. Es importante dejar atrás los sistemas tradicionales y empezar a implementar nuevos procesos que traigan mayores beneficios y que logren cumplir con todos los objetivos que tenemos para nuestros proyectos.
El objetivo de una planeación “LEAN” es maximizar el valor tangible e intangible de los recursos y objetivos, y minimizar los gastos y sobre-costos para tener proyectos exitosos y que cumplan con el presupuesto preestablecido.
En nuestra experiencia la clave para reducir tiempos, incrementar la productividad y venta, es a través de implementar una planeación “LEAN”. Este tipo de planeación requiere de logística y colaboración, disposición de los involucrados y tener conocimientos de construcción y costos desde la parte de diseño, teniendo como resultado una reducción de 2 a 3 meses en la etapa de pre-construcción. En este tipo de procesos, se tienen que desarrollar varias etapas simultáneas, y antes que del tiempo tradicional. Por ejemplo las siguientes funciones debieran realizarse de manera simultánea y a la par mientras se desarrolla el diseño: evaluación de proveedores, catálogo de obra, cotización, revisar y ajustar costos y cuantificaciones, desarrollar las ingenierías, ajustes y negociaciones para la ejecución.
Hoy en día es fácil encontrar despachos de diseño que puedan desarrollar algo “creativo e innovador” en términos del diseño, pero son muy pocos los que entregan un proyecto que cumpla con el presupuesto, objetivos de mantenimiento, durabilidad, códigos para mejorar el funcionamiento, psicología ambiental, y sobre todo que sepan cómo ahorrar recursos y reducir riesgos.
Finalmente, recuerda que en un escenario como en el que vivimos, lo importante para lograr un proyecto exitoso no reside en quien lo hace más “trendy” o cuál tiene mayor impacto, sino cuál te brinda una rentabilidad integral, donde se involucre a todo el equipo y se contemplen todos procesos que se llevarán a cabo desde la etapa de preconstrucción, y en donde las aditivas en la construcción no existan. Se trata de tener el proyecto más rentable y con el mejor diseño que puedas imaginar, y una buena forma de lograrlo es con una planeación “LEAN”.
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